Cada vez es menos raro que un perro acuda a la consulta del psicólogo. La imagen de nuestra mascota tumbada en un diván puede parecer cómica, y en realidad la psicología canina poco tiene que ver con esto.
Hay que tener en cuenta que los casos de depresión o ansiedad que pueden afectar a los animales de compañía están provocados, en la mayoría de casos, por su entorno más inmediato. Así, su recuperación dependerá, en gran parte, más de los amos que de los propios perros.